Iglesia Santa Catalina
Loja
Ubicada en el corazón del popular Barrio Alto de Loja y construida entre los siglos XVI y XVII, fue objeto de importantes donaciones por parte de la reina Isabel II, gracias a la mediación del general Narváez, nacido en esta localidad.
La dirección de los trabajos correspondió a Rodrigo Hernández, quien realizó la traza en 1534. Presenta una nave central con arcos dispuestos sobre pilastras góticas, así capillas laterales. La Capilla Mayor fue cubierta con bóveda estrellada.
Durante la Guerra Civil resultó destruido el retablo barroco, de la escuela de Churriguera, así como importantes muestras de arte litúrgico. Al exterior, la iglesia presenta una esbelta torre del siglo XVIII, además de una portada de aire clásico.